sábado, 7 de febrero de 2015

Ojo por ojo (Morelia 2 vs América 2)


Forever Pablito

Sigue siendo evidente que a este América, aunque le sobran los nombres y el talento, le sigue faltando aceite y conjunción en cada una de sus líneas. La escuadra de Matosas se metió el viernes a una de las canchas que históricamente más se le dificultan a los emplumados. El estratega uruguayo repitió la formación victoriosa del pasado encuentro ante Tigres, brindándole la confianza de repetir como titular en la zaga a Ventura Alvarado, al tiempo que Pablo Aguilar miró el inicio de las acciones desde la banca.

Como suele suceder en cada una de las exhibiciones del equipo, apenas se escuchó el silbatazo inicial del colegiado se lanzó a por todas las canicas en la meta contraria. Con un Morelia aguantando atrás y esperando la recuperación para desplegar sus líneas a velocidad en el contragolpe, América volvió a perderse en una nube errática de pases sin destinatario, movimientos tardíos y escasa asociación en sus líneas. Así se fue la primera hora de juego, hasta que Morelia aprovechó uno de sus 5 córners a favor en el partido y el anormal Marco “Pikolín” Palacios se libró de una terrible marca defensiva para guardar el balón en el arco de Moisés. Las cosas parecían complicarse, pues una vez que los locales habían conseguido la ventaja, el cerrojo defensivo sería más rígido. 
Afortunadamente para la causa azulcrema (esta vez en su horrible uniforme alternativo) rápidamente llegó la respuesta y de los pies de Darwin surgió otra magnífica asistencia para la cabeza de otro no menos magnífico Benedetto que con ágil remate emparejó los cartones ni bien transcurridos cinco minutos de desventaja. Las acciones, encaminadas ya en la polémica de un impresentable arbitraje, terminaron en su primera mitad.

Ya en la segunda parte, América mostró un mejor rostro amparado en la versatilidad de sus jugadores hacia el enfrente, dando como resultado la exhibición más nítida de la Idea Matoseana que sostiene el ideal de una cobija que cubra más los pies que la cabeza en pos de un juego agradable. Aunque sin peligro, América se adueñó por completo del trámite del partido posicionándose en territorio enemigo. Pero la cobija no es tan larga y la cabeza se resfrió. De una controvertida jugada nacida por el costado izquierdo del visitante, Morelia tuvo claridad y cambiando el juego hacia los linderos del área, el novel Carlos Guzmán recortó a una defensa descolocada y anidó un zurdazo dentro de la cabaña americanista. Morelia volvía a tomar ventaja al 66.
 América siguió buscando el arco con la misma vehemencia pero también con la misma intrascendencia del principio y fue hasta una jugada de táctica fija ejecutada científicamente por Darwin que colgó un centro pasado para Goltz quien atinó a recentrar para el siempre cumplidor Pablo Aguilar (que ingresó iniciando el 2T por Martínez) que empujó la redonda al fondo de las redes. América volvía a contestar rápido el golpe.
En los minutos finales Las Águilas tomaron a un Morelia agazapado en su propia área que no quería saber más nada del juego  y tuvieron tres chances de llevarse la victoria, pero por las cosas del fútbol, le faltaron centímetros para salir con los tres puntos del Morelos.

Ir dos veces a contracorriente contra el sotanero general, aunque sea de visitante, es un mal resultado para un equipo con el pasado y el presente americanista. El equipo de Matosas se manifestó errático en pases de trámite y la mayor parte del tiempo volvió a carecer del futbol necesario para abrir una estrategia tan burda como la de Monarcas. Siguen siendo Darwin y Benedetto los que ponen el juego en el equipo; la orquesta aún espera que Peralta aleje la somnolencia, que Rubens se calce otra vez la capa de director y que Pellerano sea el pistón que se requiere de él.
Transcurridas cinco jornadas América es séptimo. Ha ganado dos partidos, otros dos los ha empatado y tiene solo una derrota. En su juego aún no alcanza a hacer un partido redondo; le falta mucho en la zona ofensiva y, aunque atrás es per sé una zona descobijada, requiere la suficiente coordinación y orden para resolver con mayor eficacia los embates del rival. Con un mediocampo dudoso, es indispensable que las cosas adelante se hagan mejor.
                                                                                                                                                                         
Aunque es momento que el equipo aún no aparece, es esperanzador tener individualidades que pueden inclinar la balanza a favor. Por de más titubeante inicio azulcrema; vienen partidos importantes y con mayor dificultad, la escuadra tendrá que ir progresando gradualmente antes de que el tiempo apremie.

Se va gestando un ídolo (?)
 #TodosSomosDarwin

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