Para el público una derrota así
no deja lugar a dudas: algo se echó a perder en el interior del nido y el
miasma, antes apenas perceptible, llegó con la fuerza de cuatro ciclones al
olfato de todo el mundo, haciendo innegable su existencia. El técnico ha tenido
jornadas duras en las que a sus ojos se ha revelado que solo tiene dos o quizá
tres elementos en su mejor nivel; el resto, en el mejor de los casos, se
encuentra batallando con lesiones, falta de pretemporada. El peor de los casos:
nunca tendrán el nivel para defender esta playera.
Aunque de ninguna manera podemos
afirmar que los recientes resultados sean total responsabilidad de él, el
entrenador sudamericano parece sumergido en un tobogán de descalabros y
marcadores escandalosos que lo ponen ya al filo de la guillotina para un
nutrido sector de la afición azulcrema. La sed de venganza quizá está siendo
mal encausada por los millones de hinchas americanistas, ya que si bien América
se encuentra perdido en los tumbos, es en principal medida, por la soberbia a
nivel dirigencial y la seguidilla de malas decisiones, pues entre polémicas
decisiones respecto a los entrenadores anteriores y una constante mala
planeación y nula visión cada seis meses para llevar a cabo transferencias que
beneficien más al equipo que a los bolsillos, han puesto a Las Águilas en esta
situación. La deshonrosa presentación en el Pirata Fuente fue sólo el síntoma
que faltaba para internar al enfermo; ahora este necesitará más que un simple
cambio; no bastará el dinero ni tampoco el hablarle bonito o un “vamos, vamos,
arriba, arriba”.
Al entrenador podemos reclamarle
que la defensa se le ha ido desmoronando con el paso de las jornadas. Que su
mediocampo carece de toda lógica y de todo talento también. Y que adelante
pareciera como si no trabajara nunca, pues el equipo se muestra tan inofensivo
como un kleenex limpio. América está enfermo. No es terminal, pero tampoco
puede presumir de nada. A este equipo no le sobra ni un pase, y sí en cambio,
le falta un mundo de trabajo, recursos, actitud y fútbol.
Hasta hoy, no queda claro si
todos están listos para recuperarse. Parece que hay algunos que se lo están
pensando más de la cuenta.
Los anteriores párrafos son un
tributo a aquellas calamidades que tuvimos la desgracia de sufrir como
representantes de nuestra pasión en aquel fatídico 2008 y en especial en ese,
ahora no tan lejano, 4-0 contra el Veracruz de Herrera.
El viernes pasado, 20 de Marzo de
2015, las cosas se asemejaron tanto que hasta más de uno recordó esos tiempos
tenebrosos. Está en los nuevos
protagonistas e involucrados recuperar el paso. Para volver a ponerse de pie
hará falta valor, respeto por la playera y, sobretodo, decisión en cada uno de
los protagonistas. Si alguno de todos los involucrados quiere bajarse, acá en
la esquina puede hacerlo; de lo contrario, que se sume, pues la lucha recién
empieza y lo más difícil lo estamos atravesando.
#ReGoleados