viernes, 28 de noviembre de 2014

Deshilachados y sin rumbo (Cuartos de Final: Pumas 1 vs América 0)




Es difícil escribir cualquier cosa de un partido como este sin llenarlo todo del enojo y frustración normal que provoca una actuación como esta. Es imposible descifrar lo que un técnico resistido y ahogado en presión intentó hacer en la cancha del Olímpico Universitario. 
Porque Mohamed no podía permitirse otro resultado como este, pero sobretodo otra actuación como esta, cuando por semanas y ante cualquier viso de mal juego, declaró que el equipo en el que tanto confía se volvería a hacer fuerte en Liguilla. Esta ya comenzó y el equipo no apareció por ningún lado. Ahora absolutamente todo pende de noventa minutos en busca de anotarle a un rival crecido al que no se le ha hecho daño en todo el año.*

 
Ahora bien, ¿es un partido como el del miércoles culpa total y únicamente del Director Técnico? 

Obviamente que no. 
Mohamed se equivocó pavorosamente en la planeación al principio del torneo. Ya sea por su acción u omisión, vinieron jugadores que jamás tendrían que haber llegado. En puestos que exigían alguien de calidad, que es lo peor. A otros puestos, igual de necesitados para reforzar, no llegó nada. Cuando alzó la voz pidiendo otro jugador para cubrir un puesto, ya era demasiado tarde y obviamente la dirigencia no lo atendió. Una vez en competencia, es culpa de él y sólo de él, no haber encontrado nunca la solidez defensiva necesaria para competir. Antonio Mohamed es culpable de eso, pero es inútil desgarrarse las vestiduras por ello cuando quedan dos tiempos de cuarenta y cinco minutos para avanzar o irse de vacaciones.

De lo que no tiene la culpa el entrenador, y ni siquiera los dirigentes, es que en la cancha, con la pelota en juego, existan jugadores sin compromiso ni capacidad para dar pases correctos o definir las situaciones claras.
El fútbol, como prácticamente todo deporte existente, es un juego (aunque sin lógica) de momentos y estados de ánimo. América enfrenta hoy, la clara curva descendiente de un rendimiento que alcanzó su clímax un par de meses atrás. De nada sirvió que Goltz haya tenido su actuación menos mala desde que llegó, si el gol que por ahora nos tiene eliminados llegó por su marca tardía. Que Molina haya jugado y cubierto por dos y hasta por tres no redituó en nada porque las líneas estuvieron deshilachadas todo el juego. Que Peralta haya peleado completamente aislado por milésima vez a los tumbos y sin mucha claridad (es su estilo, nunca fue Romario) no cambió el rumbo del juego porque no todos días sale la milagrosa solitaria. Y si busca apoyo, los entes inertes que tiene por socios no saben jugar su posición ni tienen sentido de compañerismo.  
Para América perder a Jiménez fue una sacudida de la que no se recuperó. Y de los 6 o 7 que siempre se dijo aquí que son material confiable, dos se lesionaron a la hora buena.





Por lo tanto, no es el gol de Eduardo Herrera el que tiene al borde de la eliminación al equipo. Es todo lo antes descrito. Y es aquí donde la figura del entrenador es verdaderamente cuestionable. No las voces histéricas que le reclaman un planteamiento “de 3 contenciones” ni el añejo vómito de que “no transmite los huevos necesarios”. Lo que en verdad se le cuestiona a Mohamed, al menos en este sitio, es que, en los malos pasajes, no ha podido demostrar su habilidad como entrenador exitoso para hacer algo decente y presentable con lo poco que tiene en las últimas semanas. La valía de un entrenador no es hacer funcionar a un equipo plagado de herramientas, sino con la media que se tiene parar un equipo sólido y consciente de sus limitaciones, y a eso en las últimas batallas El Turco no le ha encontrado la vuelta y ha caído en necedades. Amén del poco compromiso de varios jugadores.

La última oportunidad es este sábado. Mohamed y los suyos deben trabajar y sacarse la presión como puedan. Tristemente, una gran parte de la afición, los ha abandonado y no espera nada de la vuelta y casi desean su caída para una nueva renovación. 
Queda que el equipo juegue por amor propio y dignifiquen el escudo y la historia; equipos invencibles y rachas interminables no las hay. Que América haya sido de los equipos que más partidos ganaron este torneo y más goles hicieron, es síntoma de que no todo es un desastre y la ilusión no es en vano. Aun jugando mal el miércoles, América generó claras.

Será cuestión de agallas. Hacer fútbol, ser contundentes y seguir.
De muchísimo peores este Club se ha levantado. Quien abandona en verdad no sabe lo que es el Americanismo.

 #AguanteTurcoYSeisJugadores
*este verso lo firma hasta Ferlinghetti 

martes, 25 de noviembre de 2014

Sin defensa (América 1 vs Atlas 2)




En la previa este encuentro resultaba un tanto intrascendente con la calificación asegurada semanas atrás. El América de Mohamed decidió encarar este partido con algunas modificaciones en su cuadro base (?) dándole así descanso a varios elementos y probando algunas variantes que pudieran necesitarse. El problema empieza cuando, como ya lo hemos visto en cada una de las jornadas, América no tiene recambios de confianza. El equipo se vio complicado desde un inicio por un cuadro con mucha más dinámica y decisión de ganar el encuentro que pronto se dio cuenta de dónde se encontraban las grandes grietas de los de Coapa. Las espaldas de los defensores azulcremas una vez más fueron tomadas a placer y Atlas obtuvo ventaja en el marcador. Sin saber bien a bien cómo, América emparejó los cartones y llegó al descanso con la chance de modificar y todavía poder sacar el resultado.
Y lo hizo, pero la poca seriedad y el excesivo cancherismo de algunos, combinado con la impresentable calidad de otros, no permitieron aprovechar el momento de notoria superioridad Águila en el trámite y Atlas, en uno de esas oportunidades de venganza que el fútbol tiene para algún jugador con rencor, le dio la oportunidad a Medina de disparar como hacía años no lo hacía y propinarle una derrota a su ex.
América preocupó porque la defensa sigue haciendo agua por todos lados, con o sin titulares. El mediocampo con certeza solo funciona a la mitad, pues Osvaldito es un volado. Y adelante, si no está Sambueza para echarle una mano a Peralta, todo queda a lo que pueda conseguir el solitario atacante azulcrema.
Terminó la fase regular y estamos a las puertas de lo que todos soñamos en esta liga: seis partidos para ser campeón. Nadie más que Mohamed necesita y deseaba de esta época; queda solo mirar si el plantel y él mismo respaldan sus palabras y nos regalan la Liguilla acorde a la primera posición obtenida o si, una vez más, fracasan por soberbia y malas decisiones. Ilusión por el poder de una palabra que nos ha dicho el equipo que es lo que importa y donde demostrarán: Liguilla.
No podía ser mejor la oportunidad para borrar todos los fantasmas de una vez: Pumas, rival clásico (o “importante” para los puristas); rival con el que no la hemos visto llegar en todo el año. De pasar esta etapa, América no solo será un candidato,  será el único. Si el equipo es serio y muestra la mejor versión que le hemos visto, no hay duda que se superará esta etapa contra un rival claramente inferior.  Depende de ellos. Todos juntos y serios, América.
Confianza para todos.

#Diferencias
 #TeFuistePorHuevónMedinaNoVengasALlorar

martes, 11 de noviembre de 2014

Ilusionó por momentos (Toluca 2 vs América 2)







Fueron veinticinco minutos vertiginosos de un equipo que lució brillante en un campo, históricamente, complicado. América controló el balón y se dejó ir al frente con el vértigo y decisión que careció apenas la semana pasada. Con un Sambueza ágil con los pies y la cabeza, un Layún voluntarioso a pesar de no dar lo mejor de sí en esa posición y un Peralta definitivo, el equipo le pasó por encima a su rival y apenas a los dieciocho ya lo ganaba.
Pero en dos minutos el buen juego terminó.

Sambueza pidió su cambio por lesión y el temible (para nosotros, no para los contrarios) Osmar Mares tentó a la mala decisión del silbante al disputar de mala manera un balón por aire al centro delantero escarlata. Penalti y gol para los locales.
No es que América se haya desdibujado ni perdido a la salida de Sambueza, simplemente se quedó sin conductor de medio campo para delante y careció de la idea y profundidad que este había mostrado hasta antes de su salida. Los minutos continuaron y, aunque América conservaba el control, no volvió a generar demasiado en la portería del odioso arquero mexiquense. Para la segunda mitad Toluca empujó más y comenzó a jugar en campo azulcrema. El hueco en una defensa flojita no tardó en llegar y el marcador se inclinó para los choriceros. A pesar de las modificaciones de Mohamed para volver a encontrar imaginación al frente, estas no funcionaron como todos hubiéramos deseado. Arroyo desbordó sin mucha peligrosidad y su máxima ganancia fueron córners como el último que le dio el empate a Las Águilas. Zúñiga volvió a sufrir un ataque que no lo tiene mucho en cuenta y no pudo hacer un remate a portería.
 Un América con lo mejor que podía presentar, en casi media hora ilusionó. A la salida de Sambueza y en la adversidad, demostró que no tiene más que 8 o 9 jugadores confiables y de buen nivel. Independientemente de lo bien que puedas llegar a jugar en un partido, no se puede dejar de lado que hace falta tener buenos elementos en banca para solucionar los problemas impredecibles de cada juego. Mucho más en liguilla. América no los tiene y eso no puede augurar nada bueno en instancias de matar o morir. Queda en los jugadores que no lo han hecho en el torneo, dignificarse en fase final. Y a Mohamed, poner toda su sapiencia táctica en beneficio del equipo y propio, pues de coronarse, callaría categóricamente todas las bocas que lo han crucificado, unas con razón de sobra, y las más, con saña desmedida.

 
saluda al líder

La Liga se detiene por la siempre detestable fecha FIFA. ¿El lado amable? tiempo para evaluar y tratar a los lesionados. Y que vuelve(ÍDOLO) Ochoa a la actividad, aunque sea en selección.
Lo malo: días y días de interminable humo y patriotismo barato en pos de una selección del impresentable de Herrera y un fin de semana sin la emoción azulcrema.

#PablitoEsDios
#ToluquitaNuncaSerásGrande

lunes, 3 de noviembre de 2014

Tienes que luchar para celebrar (América 0 vs Chivas 0)


Podríamos encontrar una razón por cada línea del equipo americanista para llegar a las conclusiones del por qué no se ganó este encuentro. Este encuentro que, al menos en la colectividad mística del hincha idealista que todos tenemos dentro y que nos dice que los tres clásicos de cada temporada hay que ganarlos cueste lo que cueste, es el más importante de todo el torneo regular. Pero los jugadores no son hinchas. Desafortunadamente no piensan como nosotros.

Que quien lea estas líneas no se sorprenda al no encontrar el análisis minuto a minuto del partido. Los clásicos no se analizan. Se ganan o no. América no lo supo ganar y al final no lo quiso perder. Tan sencillo eso, como que este equipo adelante empieza una guerra en solitario cada lance, que obviamente termina perdiendo la mayoría de las veces. Tan claro como que en todas las fechas del torneo no ha podido encontrar la regularidad de sus mediocampistas que le permitan posicionar el balón con velocidad y precisión al único delantero confiable.
Lo del sábado fue lo mismo que la tarde contra Pumas, solo que con más presión y menos claridad. Porque América comenzó con el esférico y decidido a meter al rival contra su arco y no sacarlo de ahí nunca. Y así lo consiguió, 15 minutos por su juego y 75 restantes porque el rival así lo quiso. Nunca hubo la sensación de que en cualquier momento podía caer el gol que nos diera la ventaja; al contrario, había la preocupación de que en cualquier momento podía venir el terror del gol en contra.

Podemos decir la obviedad de que América jugó mejor que Chivas. O que al menos lo intento más que su rival, como quiera verse. Pero la verdad es que todo el Contexto América volvió a decepcionar por su incapacidad para hacer pesar un accionar de equipo superior y un estadio con amplia superioridad americanista. Otra vez, como contra con Pumas, nunca mareó ni hizo sufrir a su rival; a excepción de Paul Aguilar y Molina, ningún otro jugador entendió nada.
A las Águilas les cuesta un mundo sentir la obligación. En el plantel no saben cómo lidiar con la presión de derrotar a rivales clásicos inferiores, no hay un caudillo que empuje y jale a los demás cuando las cosas no van bien. Podemos olvidarnos de buscar un referente o al conductor que resuelva el partido solo.

Restan solo dos jornadas para el término del torneo y el comienzo de la Liguilla. A pesar de lo que se pueda leer en la histeria, América no es un espejismo de quince fechas. Si bien no está ni cerca de ser una revolución aplanadora de fútbol, tienen en claro conceptos básicos  de Mohamed. Por otra parte, durante todo el torneo ha demostrado un mediocampo impreciso y defectuoso que, con el pasar de las jornadas, ha ido a peor. A los problemas de contención, recuperación y traslado limpio en la parte central, se le han ido agregando una escasa idea de qué hacer o a quién darle el balón de tres cuartos para adelante. América, por su actuación reciente, no es el candidato uno a ganar la liguilla y coronarse. Su problema fundamental, amén de las pifias tácticas e injustificables actuaciones de jugadores, continúa siendo mental.
Si este equipo pretende ganar y celebrar sin luchar, y escribo <<luchar>> como un eufemismo para no decir <<sin poner huevos>>, que se olvide de hacerlo porque no lo conseguirá. Hay que ensuciarse, pelear, sudar y luchar duro para conseguir dar la vuelta al final.

La afición está molesta, y con razón, por la campaña americanista. Hasta esta jornada, el equipo no ilusiona ni genera demasiada confianza para campeonar. La ilusión restante está depositada en que los jugadores con calidad den su mejor versión, y el talento del entrenador logre tapar las carencias en base a su táctica.
Al final se harán las cuentas, pero hoy por hoy, la presión ya está al cuello.

Líder general y más cuestionado que todos los demás equipos juntos. La grandeza de América.

"...nos faltó ambición, en el segundo tiempo estábamos más cansados, nos faltó actitud” Antonio Mohamed.