lunes, 23 de febrero de 2015

Los clásicos se ganan (Pumas 0 vs América 1)

Siempre Muñoz
 
Es sorprendente la forma en cómo funcionan este tipo de juegos. Llámelo como quiera: clásico, no-clásico, “juego de alto riesgo”, diferente. La realidad es que año tras año se comprueba que,  aún más impredecible que la Liga en sí, estos partidos son de pronóstico borroso.
 Recordemos que los dos juegos de temporada regular contra Pumas el año pasado, quizá porque en ambos fue local, fue América el encargado de proponer el juego y buscar con ahínco la victoria. Bien sabemos cómo resultaron las cosas y los perdimos sin saber bien cómo y cuando menos lo esperábamos.

El domingo en CU, en una de las tantas vueltas de tuerca que tiene el fútbol, la tortilla se volteó. No fueron Las Águilas quienes se adueñaron del esférico por grandes lapsos del partido ni los encargados de generar las oportunidades más claras de gol con el marcador sin estrenar. No queda claro del todo si América propuso de tal manera el partido en CU porque no contaba con piezas importantes en su alineación o Matosas le dio lectura a una probable actitud ofensiva del contrario debido a la presión lógica de ser local. Los hechos son que por todo el primer tiempo América sufrió el partido. Un solo tiro al arco con peligro no se generó y atrás Muñoz se vio exigido constantemente.
En la segunda parte, aunque Matosas atinadamente hizo cambios para recuperar un medio campo completamente robado por el local, la tónica fue casi idéntica hasta la bendita llegada del táctico del fútbol para alegría del visitante. En una carrera a contragolpe por parte de un brillante Sambueza, que de pronto se vio dentro del área con la pelota en los pies y aunque su disparo fue tapado por el arquero puma, el rebote lo aprovechó el ídolo en gestación de Benedetto consiguiendo así la acción más determinante en juegos como este.
A partir de ahí, otro juego se presentó: Pumas se volcó de manera suicida en busca del empate y América tuvo infinidad de espacios y oportunidades que de haberse concretado la mitad el resultado pudo haber sido más abultado para los visitantes.

el nacimiento de un ídolo

Aquí está una victoria en clásico; el resultado más importante hasta el momento en la era Matosas. La primera comprobación de una teoría que  aún le faltan otros dos clásicos, mucho mejor funcionamiento y la gran cereza de una Liguilla de campeonato. Es importante ver que el equipo sabe ganar y se las arregla aun jugando mal y esforzándose el doble por los que no lo hacen. La mejora del equipo tiene que irse dando, por ahora el análisis en este juego sobra. Los clásicos se ganan, jugando bien o jugando mal. El campeonato de merecimientos es para los pequeños. Para festejar hay que poner actitud, compromiso, pasión y quizá un poquito de fútbol.



Siempre un gusto festejar en tu cancha, mi amigo el puma.
#PeroCómoNoTeVoyAQuerer

domingo, 15 de febrero de 2015

Feroz perfección (Club América 5 vs Chiapas 0)


Benedetto es amor


Una goleada de estas proporciones siempre será detonante de un festival de lugares comunes en el afán de explicar el porqué de un resultado tan abultado.
La realidad, al menos para este sitio, es mucho más sencilla. Aunque tan llena de lugares comunes como las teorías más rebuscadas.
América ganó porque hizo todo bien. Absolutamente todo. Tuvo la pelota, le dio sentido a cada avance, incorporó gente al frente por sorpresa. Atacó el espacio. Aprovechó los múltiples errores de un visitante con un obsceno pánico escénico. Y atrás, el raquítico trabajo que tuvo, lo resolvió siempre con sencillez y prestancia.
Por eso ganó América. Y goleó porque a cada clara oportunidad que se les presentó a sus hombres de ofensiva, estos acertaron a resolver con una feroz contundencia dejando sin oportunidad de reacción a un Chiapas tímido, desordenado, sin posesión y mísero amor propio.
No hay más. América ganó y fue perfecto. Esto no quiere decir que todo el trabajo está hecho y el campeonato estará dado de facto. Es sólo un partido de temporada regular en el que se derrotó por marcador abultadísimo a un rival, aunque de muy buen nivel presente, históricamente acostumbra deprimir considerablemente su nivel en la cancha del Azteca.
Es una feliz goleada y muestra, entendiendo el contexto, de lo que puede dar el equipo.  Obviamente no todos los partidos serán así, y el técnico, lo entiende a la perfección y señaló, como perfecto resumen del post-partido:

"El equipo ha ido a más, tampoco voy a ser un falsos triunfalismos, creo que hoy los jugadores hicieron un gran partido, pero continúa el proceso y hay un proceso que tenemos que respetar".

América ha ido mejorando al frente y con el paso de las jornadas que traen situaciones excepcionales, poco a poco la forma y la alineación de un equipo se va aclarando. Las Águilas parecen encontrar el camino.


La pelota siempre al 10 (?)
 #OsvaldTottiMartínez

lunes, 9 de febrero de 2015

#TodosSomosDarwin





El científico es alguien que está más allá de convicciones, creencias o corazonadas.
El científico piensa, actúa, experimenta. Comprueba y descarta.
El científico muchas veces se equivoca. Otras más acierta.
Así deambula en la vida; ideando y actuando. Ideando y actuando.
Tiene sus herramientas. Sus campos de cultivo y experimento.
Viaja. Ambiciona curar. Está convencido de que su trabajo ayudará; que sus hallazgos serán de utilidad para la gente.
Lo hace y muchos lo descalificarán. No es su culpa; hay conceptos superiores que no cualquiera puede comprender.
Es así. Está condenado a una oscuridad recurrente. Una idolatría parcial. Una incomprensión bestial.
Pero de vez en cuando, sí, de vez en cuando acertará. Acertará y le dirá al mundo, lo que encontró.
Será una cura, quizá algo más. No lo sabemos, pero estamos esperanzados que así sea.
Por ahora el científico hizo un pequeño descubrimiento.
Nuestro ya querido compañero tenía la idea de que hay especies que nunca cambian; seres que sin importar el disfraz en el que pretendan camuflajearse siempre serán los mismos.
Que hay ratas que aunque pretendan ser blancas y crecer, nunca podrán ser algo más que ratas.
Cucarachas y burros que pretenden ser ciempiés y caballos, pero en algún momento siempre se devela su verdadero rostro.
El fin de semana el científico descubrió que hay horribles seres abominables que nunca cambian. Acomplejados que siempre lo serán. Con la tóxica piel azul y oro.
Pikolines que llorando y llorando ven la vida pasar.
Así, el científico lo vio. Lo vio y lo quiso desaparecer.

Y al final, todos somos Darwin. El científico.

sábado, 7 de febrero de 2015

Ojo por ojo (Morelia 2 vs América 2)


Forever Pablito

Sigue siendo evidente que a este América, aunque le sobran los nombres y el talento, le sigue faltando aceite y conjunción en cada una de sus líneas. La escuadra de Matosas se metió el viernes a una de las canchas que históricamente más se le dificultan a los emplumados. El estratega uruguayo repitió la formación victoriosa del pasado encuentro ante Tigres, brindándole la confianza de repetir como titular en la zaga a Ventura Alvarado, al tiempo que Pablo Aguilar miró el inicio de las acciones desde la banca.

Como suele suceder en cada una de las exhibiciones del equipo, apenas se escuchó el silbatazo inicial del colegiado se lanzó a por todas las canicas en la meta contraria. Con un Morelia aguantando atrás y esperando la recuperación para desplegar sus líneas a velocidad en el contragolpe, América volvió a perderse en una nube errática de pases sin destinatario, movimientos tardíos y escasa asociación en sus líneas. Así se fue la primera hora de juego, hasta que Morelia aprovechó uno de sus 5 córners a favor en el partido y el anormal Marco “Pikolín” Palacios se libró de una terrible marca defensiva para guardar el balón en el arco de Moisés. Las cosas parecían complicarse, pues una vez que los locales habían conseguido la ventaja, el cerrojo defensivo sería más rígido. 
Afortunadamente para la causa azulcrema (esta vez en su horrible uniforme alternativo) rápidamente llegó la respuesta y de los pies de Darwin surgió otra magnífica asistencia para la cabeza de otro no menos magnífico Benedetto que con ágil remate emparejó los cartones ni bien transcurridos cinco minutos de desventaja. Las acciones, encaminadas ya en la polémica de un impresentable arbitraje, terminaron en su primera mitad.

Ya en la segunda parte, América mostró un mejor rostro amparado en la versatilidad de sus jugadores hacia el enfrente, dando como resultado la exhibición más nítida de la Idea Matoseana que sostiene el ideal de una cobija que cubra más los pies que la cabeza en pos de un juego agradable. Aunque sin peligro, América se adueñó por completo del trámite del partido posicionándose en territorio enemigo. Pero la cobija no es tan larga y la cabeza se resfrió. De una controvertida jugada nacida por el costado izquierdo del visitante, Morelia tuvo claridad y cambiando el juego hacia los linderos del área, el novel Carlos Guzmán recortó a una defensa descolocada y anidó un zurdazo dentro de la cabaña americanista. Morelia volvía a tomar ventaja al 66.
 América siguió buscando el arco con la misma vehemencia pero también con la misma intrascendencia del principio y fue hasta una jugada de táctica fija ejecutada científicamente por Darwin que colgó un centro pasado para Goltz quien atinó a recentrar para el siempre cumplidor Pablo Aguilar (que ingresó iniciando el 2T por Martínez) que empujó la redonda al fondo de las redes. América volvía a contestar rápido el golpe.
En los minutos finales Las Águilas tomaron a un Morelia agazapado en su propia área que no quería saber más nada del juego  y tuvieron tres chances de llevarse la victoria, pero por las cosas del fútbol, le faltaron centímetros para salir con los tres puntos del Morelos.

Ir dos veces a contracorriente contra el sotanero general, aunque sea de visitante, es un mal resultado para un equipo con el pasado y el presente americanista. El equipo de Matosas se manifestó errático en pases de trámite y la mayor parte del tiempo volvió a carecer del futbol necesario para abrir una estrategia tan burda como la de Monarcas. Siguen siendo Darwin y Benedetto los que ponen el juego en el equipo; la orquesta aún espera que Peralta aleje la somnolencia, que Rubens se calce otra vez la capa de director y que Pellerano sea el pistón que se requiere de él.
Transcurridas cinco jornadas América es séptimo. Ha ganado dos partidos, otros dos los ha empatado y tiene solo una derrota. En su juego aún no alcanza a hacer un partido redondo; le falta mucho en la zona ofensiva y, aunque atrás es per sé una zona descobijada, requiere la suficiente coordinación y orden para resolver con mayor eficacia los embates del rival. Con un mediocampo dudoso, es indispensable que las cosas adelante se hagan mejor.
                                                                                                                                                                         
Aunque es momento que el equipo aún no aparece, es esperanzador tener individualidades que pueden inclinar la balanza a favor. Por de más titubeante inicio azulcrema; vienen partidos importantes y con mayor dificultad, la escuadra tendrá que ir progresando gradualmente antes de que el tiempo apremie.

Se va gestando un ídolo (?)
 #TodosSomosDarwin

domingo, 1 de febrero de 2015

Amorfo (América 1 vs Tigres 0)


En una tarde de sol para postal Las Águilas volvieron a hacer de local por segunda fecha consecutiva y recibieron a unos inestables y desacelerados Tigres en lo que fue el cuarto partido oficial de la era de Gustavo Matosas al frente de la escuadra azulcrema.
Aunque muy tenue, ya se puede empezar a mirar la mano del entrenador en el equipo; en la forma de buscar afanosamente el balón desde la salida del rival, un sello del uruguayo. Y también, el juego vio aparecer la que quizá sea la movida más inteligente del DT hasta ahora: la lógica decisión de prescindir de un mediocampista ofensivo como Arroyo, para darle cabida en el esquema a un segundo mediocampista central en la figura del irregular paraguayo Martínez.
El sensato movimiento, paradójicamente, resultó en la exhibición más pobre del conjunto águila en lo que va del certamen.  América, como en todos los partidos hasta ahora, inició con la suficiente decisión de adueñarse del trámite del juego. En otra situación que comienza a hacerse costumbre, fue de nuevo Quintero quien, con toda su velocidad y aún con sus frecuentes malas decisiones en la última jugada, el distinto en el equipo de Coapa. Con un Oribe con el switch abajo, Benedetto participando más en el finiquito que en la elaboración, Sambueza apenas volviendo a su posición original y el conjunto de estos aún en franca etapa de conocimiento, América le debió sus oportunidades más claras en el partido al buen pie de Darwin, la magnífica presión de sus mediocampistas y las paupérrimas salidas del cuadro bajo felino.

Llegó el primero de Benedetto

Después de la anotación, América no volvió a inquietar. Las ideas y el futbol brillaron por su ausencia, y aunque Tigres empujó más a base de ganas que de buen juego llegando incluso a tener su gran oportunidad en el ocaso del segundo tiempo, esta fue neutralizada por un siempre confiable Muñoz.
América aún tiene mucho tiempo por delante; el entrenador ha dado un paso importante para la construcción de un sistema funcional al detectar una de las falencias del equipo y resolverla en base a la lógica. No es la única, pero es tal vez la más importante. Aunque América ha ido de más a menos en cuatro jornadas, es la magnífica calidad de la mayoría de sus futbolistas la que ha cosechado puntos y deberá seguir haciéndolo, pues eso significará a su vez, tiempo para que el entrenador termine de aterrizar su idea y se pueda comenzar a ver en la cancha un equipo que no solo gane, sino que también sea capaz de desarrollar un mucho mejor juego en el campo de acuerdo a las herramientas que hay en el plantel. Pues hasta ahora el buen juego ha estado ausente.

Hemos visto un equipo amorfo; con mucha voluntad y músculo pero poco seso. Será trabajo del entrenador convertir este Rocky I en Rocky III (?)


 #HastaElMásCucoTerminaRatoneando