Muy rápido América se olvidó de
lo que le había venido dando resultado. Tan rápido lo olvidó que antes de los
cinco minutos de juego ya lo perdía por uno a cero en el Hidalgo. Ni bien se
asentó en el campo, Pachuca descifró pronto las desordenadas y poco compactas
líneas americanistas y en el gran espacio entre los defensores y los
contenciones, Gutiérrez puso el balón lejos del arquero águila para irse arriba
en el marcador. América fue el mismo manojo de buenas intenciones, actitud
ofensiva y grandes lagunas atrás de todos estos meses hasta que de nueva cuenta
fue golpeado, esta vez con Pachuca surgiendo desde el lateral, aprovechando la
poca vocación defensiva de un Arroyo que por el caos del conjunto terminó en
zonas inexploradas para él. Ni veinte minutos y el visitante ya estaba contra
las cuerdas por 2-0.
Sin que mucho cambiara, pero con
mayor posesión producto del repliegue local en busca del contragolpe, América
encontró el descuento gracias a un tubazo de Arroyo que tomó desprevenido al
veterano Óscar Pérez.
América, manifestó las mismas
buenas intenciones de siempre pero sin la solidez y organización de los últimos
partidos y sí, en cambio, con el total alargamiento de sus líneas y el desorden
posicional que tan trágicos resultados le dieron antes. Después de una rápida
respuesta local al 38, América volvió acortar distancias hasta cinco minutos
después de haber iniciado el complementario. Pero no fue sino hasta la mitad
del segundo lapso que Gustavo ajustó el sistema y comenzó buscar cerrar el
juego en base a orden y mayor poblamiento del mediocampo. 3 mediocampistas
tomaron el lugar de un par de atacantes y un volante. Con el doble cinco
formado con Guerrero y Pellerano, América controló mejor las acciones, sin dejar
de sufrir alguno que otro susto y tampoco sin renunciar del todo al ataque,
pues el empate estuvo también cerca de llegar. Después de 90, aunque se pudo
empatar en algún momento, el 3-2 terminó siendo un buen resultado para lo visto
en el campo.
No hay mucha ciencia en este
América; el equipo es un compilado de emociones y muy buenas intenciones, con
corazón y las suficientes individualidades para ganar partidos; pero en
Liguilla se necesita también una táctica y la cabeza lo suficientemente fría
para analizar, detectar y resolver problemas puntuales según los partidos. Hoy
Alonso venció a Matosas, atacándolo en sus más reconocibles puntos débiles y se
aprovechó que el DT visitante tardó en reaccionar para sacar un resultado
favorable. Gustavo tendrá que planear muy bien la vuelta, pues en su mente debe
de tener los riesgos de lanzarse desbocadamente al frente: la velocidad
punzante de los juveniles de Pachuca y la lentitud de los defensores americanistas.
Para hacer una linda pintura
arriba, primero hay que asegurar los andamios abajo para que no nos terminen
tirando.
otra noche de preocupación |
#DarwinQuinteroNuncaMás
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