Baldito, Godtz, FatMoy, OP24, Birdman, Micky Jr, Darweird, Osmaradona, Paul Eaglear, Macheperano, Osvaldtotti |
América ha venido hilando una
serie de resultados que, más que amparados en una base de juego desarrollada y
bien trabajada, se apoya más en la actitud y la confianza por las nubes que el
equipo encontró a partir de la voltereta en Canadá.
El entrenador, sin ser nada
espectacular (uh!), parece que ha guardado el caviar y el champagne para mejor
ocasión, pues la seguidilla de triunfos se explica por una elemental condición:
solidez en el campo. América sigue pensando constantemente en el arco
contrario, sí, pero ahora intenta llegar en base al trabajo posicional de sus
hombres ubicados más cerca a la portería rival, con triangulaciones y velocidad
y la incorporación de un volante central o algún lateral. Ya no más el –vamos todos
a la carga barraca y que sea lo que Dios quiera cuando nos la quiten-. Simple.
De Librito de Director Técnico I. Básico y, hasta ahora, bien efectivo.
Si bien el sábado en el Jalisco
América superó a su rival prácticamente de principio a fin en presión, posesión
y situaciones creadas, fue el rival el que se puso al frente gracias a un error
importante del siempre confiable arquero Muñoz. En una desconcentración, este
decidió apostarle a su baja velocidad para despejar un balón por la banda pero
al quedarse corto fue aprovechado por el picante extremo rojinegro Álvarez para
poner arriba a los locales (administrativos).
Como en dos minutos no se puede
saber bien a bien si la tónica y el momento del partido ha cambiado, diremos
que todo siguió igual, y transcurridos esos dos minutos América en otro de sus
intentos de triangulación y profundidad central, encontró en un rebote un
centro de medio gol para la cabeza de Birdman, quien no tuvo más que rematar
contra un Vilar descolocado para emparejar los cartones de inmediato.
El fútbol, como todo juego, es un
deporte de momentos y América ha mostrado que sabe aprovecharlos. Y también
caer en ellos cuando el momento es del rival. En esta ocasión Las Águilas
aprovecharon el envión de un estadio con mayoría azulcrema en total algarabía
por la igualada inmediata y pronto decretaron la voltereta en un tiro de esquina,
después de lo que primero pareció un estorboso cruce americanista y que terminó
siendo un pase muerto para que Aguilar la empujara.
Así América ganó, sin sufrir
demasiado ni tampoco forzar la máquina mucho más de lo que necesitó. Es verdad que el juego como conjunto aún es
escasísimo y las individualidades son las que han puesto los marcadores
favorables, pero también Gustavo ejerció y corrigió para hacer de un equipo
cortado y desorganizado, una escuadra más sólida y compacta, con el ánimo por
los cielos y enrachada en el momento que se necesita para salir campeón en este
país. Son seis partidos para volver a dar la vuelta, sin grandes pesos pesados
en Liguilla y con la ligera mejoría exhibida, hoy más que nunca la ilusión de
otro título es enorme.
Solo en México.
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