lunes, 29 de septiembre de 2014

El Comodín o cómo usar la actitud en beneficio del equipo (Santos 1 vs América 4)

 
Fue en la vuelta de la semifinal  del 2012 contra Toluca en donde Miguel Layún nació. Toda su estancia previa a esos noventa minutos y lo que ha venido después fue, por unanimidad entre la afición, un muerto. Desde su llegada al nido, Layún no entregó mas que disgustos y corajes a la grada. Su garra y entrega probablemente jamás estuvieron a discusión, pero las “ganas y huevos” no bastan en un club como América. Para aplaudir y conformarse con lucha y entrega está la grada de Guadalajara y Pumas. Acá no, acá, aun con la exigencia y el gusto en extinción, se da por hecho que el jugador dará su máximo, pero para ganarse los aplausos y el respeto de la gente se necesita algo más que “muchas ganas”. 
Aquel domingo, yendo abajo dos a cero, Layún sorprendió de titular colaborando con una anotación y siendo el más peligroso del equipo. Aunque no fue suficiente y América quedó eliminado de aquella Liguilla, el alumbramiento había comenzado: Layún se ganó el puesto titular no solo por sus ganas; también por su fútbol en pro de sus compañeros. Todos hemos visto lo que ha conseguido y funcionado a partir de entonces; consiguió un nombre, no un apodo por sus falencias.

Más que el penalti decisivo en el último campeonato y su estancia en selección, es su presentación del viernes pasado, la prueba máxima de su conversión a buen futbolista.

Las Águilas se presentaron en Torreón, además de la encomienda de manifestar su nivel de líder y máximo contendiente para campeonar, con la pequeña misión de cerrar otras cuantas bocas más que hicieron drama durante la semana. Nunca faltan.
Antonio Mohamed dispuso el mismo cuadro y la misma táctica con la que habían vencido a Pachuca en la anterior jornada. Una formación de 4-5-1: Muñoz, Aguilar, Goltz, Pablo Aguilar y Osmar Mares en defensa. Molina y Martínez en la doble contención, con Arroyo por izquierda, Layún en la derecha y Sambueza en el centro. Adelante, fue de nueva cuenta Peralta el único delantero nominal.


Como todo el partido, América fue el espejo de Layún. Media hora del primer tiempo, el futbolista nota de la semana, sumergido en la confusión deambuló por todos los sectores del medio campo. Imposible dictaminar si como función táctica o como resultado de su poco entendimiento de sus funciones y su afán de compromiso y ayuda. Con la confusión de Layún vino el desorden de todo el equipo, en donde el mayor repliegue entre líneas para contrarrestar el buen pie del rival, pasó a convertirse en un desorden donde el pelotazo sin sentido reinó para sacar la pelota de campo propio.
Fue hasta el minuto 41 en que el gran táctico del fútbol apareció. En un córner a favor, Layún se encontró con una pelota furibunda en medio del área de Santos y la mandó a guardar. América ganaba uno a cero, y con la ventaja este equipo es amo y señor del juego. Para la segunda mitad, después de los ajustes necesarios de Mohamed, vimos a un Layún radicar más fijo por sector derecho, dándole orden al medio sector del equipo.  Todos lo hicieron bien después.
 
He's got the magic touch
Ninguna pelota está lejos o perdida hasta intentarlo por última vez; así lo supo Peralta y provocó el error de Sánchez para el segundo de los visitantes. Arroyo también, después de un desborde lleno de garra y una asistencia magistral para el tercero de Layún. El cuarto coronó, además de la mágica e inolvidable noche de Layún, los grandes esfuerzos de Peralta para producir en pro del equipo.

América lo hizo bien, tan bien que nadie pudo objetar cosa alguna, por más patética que fuera. Layún exactamente lo mismo. Ambos, lo que va de la década, han sido uno solo. Para bien y para mal.


Hola, soy Mohamed, no llores.



Layún no vuelve más a la lateral; adivina quién está para ocupar ese lugar...
#OsmarMaresTitular

No hay comentarios.:

Publicar un comentario