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Forever Pablito |
Sigue siendo evidente que a este
América, aunque le sobran los nombres y el talento, le sigue faltando aceite y
conjunción en cada una de sus líneas. La escuadra de Matosas se metió el
viernes a una de las canchas que históricamente más se le dificultan a los emplumados.
El estratega uruguayo repitió la formación victoriosa del pasado encuentro ante
Tigres, brindándole la confianza de repetir como titular en la zaga a Ventura
Alvarado, al tiempo que Pablo Aguilar miró el inicio de las acciones desde la
banca.
Como suele suceder en cada una de
las exhibiciones del equipo, apenas se escuchó el silbatazo inicial del colegiado
se lanzó a por todas las canicas en la meta contraria. Con un Morelia aguantando
atrás y esperando la recuperación para desplegar sus líneas a velocidad en el
contragolpe, América volvió a perderse en una nube errática de pases sin
destinatario, movimientos tardíos y escasa asociación en sus líneas. Así se fue
la primera hora de juego, hasta que Morelia aprovechó uno de sus 5 córners a
favor en el partido y el anormal Marco “Pikolín” Palacios se libró de una
terrible marca defensiva para guardar el balón en el arco de Moisés. Las cosas
parecían complicarse, pues una vez que los locales habían conseguido la
ventaja, el cerrojo defensivo sería más rígido.
Afortunadamente para la causa
azulcrema (esta vez en su horrible uniforme alternativo) rápidamente llegó la respuesta
y de los pies de Darwin surgió otra magnífica asistencia para la cabeza de otro
no menos magnífico Benedetto que con ágil remate emparejó los cartones ni bien
transcurridos cinco minutos de desventaja. Las acciones, encaminadas ya en la
polémica de un impresentable arbitraje, terminaron en su primera mitad.
Ya en la segunda parte, América
mostró un mejor rostro amparado en la versatilidad de sus jugadores hacia el enfrente,
dando como resultado la exhibición más nítida de la Idea Matoseana que sostiene
el ideal de una cobija que cubra más los pies que la cabeza en pos de un juego
agradable. Aunque sin peligro, América se adueñó por completo del trámite del
partido posicionándose en territorio enemigo. Pero la cobija no es tan larga y
la cabeza se resfrió. De una controvertida jugada nacida por el costado
izquierdo del visitante, Morelia tuvo claridad y cambiando el juego hacia los
linderos del área, el novel Carlos Guzmán recortó a una defensa descolocada y anidó
un zurdazo dentro de la cabaña americanista. Morelia volvía a tomar ventaja al
66.
América siguió buscando el arco
con la misma vehemencia pero también con la misma intrascendencia del principio
y fue hasta una jugada de táctica fija ejecutada científicamente por Darwin que
colgó un centro pasado para Goltz quien atinó a recentrar para el siempre
cumplidor Pablo Aguilar (que ingresó iniciando el 2T por Martínez) que empujó
la redonda al fondo de las redes. América volvía a contestar rápido el golpe.
En los minutos finales Las Águilas
tomaron a un Morelia agazapado en su propia área que no quería saber más nada
del juego y tuvieron tres chances de
llevarse la victoria, pero por las cosas del fútbol, le faltaron centímetros
para salir con los tres puntos del Morelos.
Ir dos veces a contracorriente
contra el sotanero general, aunque sea de visitante, es un mal resultado para
un equipo con el pasado y el presente americanista. El equipo de Matosas se manifestó
errático en pases de trámite y la mayor parte del tiempo volvió a carecer del
futbol necesario para abrir una estrategia tan burda como la de Monarcas. Siguen
siendo Darwin y Benedetto los que ponen el juego en el equipo; la orquesta aún
espera que Peralta aleje la somnolencia, que Rubens se calce otra vez la capa
de director y que Pellerano sea el pistón que se requiere de él.
Transcurridas cinco jornadas
América es séptimo. Ha ganado dos partidos, otros dos los ha empatado y tiene solo
una derrota. En su juego aún no alcanza a hacer un partido redondo; le falta
mucho en la zona ofensiva y, aunque atrás es per sé una zona descobijada,
requiere la suficiente coordinación y orden para resolver con mayor eficacia
los embates del rival. Con un mediocampo dudoso, es indispensable que las cosas
adelante se hagan mejor.
Aunque es momento que el equipo
aún no aparece, es esperanzador tener individualidades que pueden inclinar la
balanza a favor. Por de más titubeante inicio azulcrema; vienen partidos
importantes y con mayor dificultad, la escuadra tendrá que ir progresando
gradualmente antes de que el tiempo apremie.
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Se va gestando un ídolo (?) |
#TodosSomosDarwin
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