No hay gran ciencia detrás de esta serie: América no jugó bien. Por grandes
lapsos de la eliminatoria estuvo más cerca de perderlo que de ganarlo. Pero
siempre estuvo vivo. Es un axioma ya que
“los goles que no conviertas te los van a convertir” y así le pasó a Pumas.
¿Cómo jugar cuándo cada casi todo está en contra?
Con honor y el respaldo de la gente. América lo tuvo el sábado, y en tanto
que las grandes y sabias plumas deportivas y no-deportivas del país hablan de
merecimientos, el equipo Azulcrema hizo el gol que tenía que hacer y, sin
cometer ningún delito, dejó en el camino a un equipo que no tuvo la categoría
para definirlo cuando pudo ni resistió cuando el estadio habló, y el cuadro
azulcrema obtuvo su pase a semifinales.
Una vez más, este cotejo sirvió para hacer notorias las dificultades y
bajones de este América en sus líneas, principalmente la defensiva y la
delantera.
Pero la importancia de este triunfo es lo que da a futuro y lo que habla
del equipo. Porque este no se vino abajo con una semana de rumores malaleche
por todos lados; porque permanecieron juntos, se comprometieron y salieron a
dejarlo todo en el campo. La afición hizo el resto.
Sin un juego de grandes mejoras, América y su gente empujaron sin claridad
a su rival. Más a base de ganas que de gran nivel, América poco a poco se fue
arrimando al arco contrario, no sin dejar de sufrir en su meta propia gracias a
los gigantes espacios que dejó en su afán de ir a buscar el partido.
Fue hasta el 75’ que América, sin saber bien cómo, consiguió lo que tanto
buscó. Paolo Goltz, de hasta entonces mediano partido, clavó un remate de
cabeza en el arco Puma.
Y, All You Need is Gol.
Y después, aunque en un par de
oportunidades América pudo haber incrementado su ventaja, la misión ya no era
esa. Irónicamente, servía más ordenarse atrás y tapar los enormes espacios
dejados, que seguir desbocados en busca de otra anotación que no ayudaba en
nada, reglamentariamente hablando.
Al final, los clásicos se ganan
como sea y cueste lo que cueste. Con la victoria en estos juegos, el cómo se ve
relegado. El triunfo no necesita explicaciones.
Es grato comprobar que el plantel
y su entrenador cumplieron su palabra, callaron centenas de bocas y sacaron
úlceras a otros tantos. Es cierto que, hasta ahora, no se ha ganado nada. Nada
tangible ni que llene una importantísima sala de trofeos Americanista, pero se
ganó algo que inevitablemente te puede llevar a lo otro: Confianza. Eso que
ellos mismos habían perdido y, lo poco que les quedaba, algunos se los
intentaron arrebatar con micrófonos, plumas y tuits.
El camino luce más allanado que
nunca ahora, si bien hay rivales con jugadores importantes, el paso que dio
América no cualquier equipo pudo haber sido capaz de darlo. América, hoy más
que nunca, está más cerca de un nuevo campeonato. Aunque algunos se ocupen más
en buscar refuerzos y nuevos entrenadores.
![]() | |
AGUANTE TURCO |
#QueNosSiganDandoPorMuertos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario