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La gloria está cerca |
Noventa minutos de trámite
absoluto que sólo sirvieron para cumplir los formalismos y sellar el pase
americanista a la final en disputa por un título más. Además de una tempranera
llegada albiazul que Osmar Mares tuvo que salvar en la línea, América no se metió atrás, quiso el balón y buscó anotaciones sin tener la fortuna de conseguirlas; mientras atrás nunca se
vio preocupado ni su ventaja en riesgo, pues se plantó bien en la cancha y su
línea defensiva se apuntó un partido casi brillante. Con los centrales, Aguilar
y Goltz, cada vez en mejor forma, Osmar Mare por izquierda haciéndolo
aceptablemente (para lo que le conocemos) y la grata aparición de Ventura
Alvarado por la derecha, sustituyendo al separado Aguilar. Lo que nos deja este
encuentro es que, al parecer, la defensa al fin se ha asentado. Justo cuando
menos se esperaba, la última línea azulcrema se mostró sólida y con gran tiempo
para anticipar las acciones rayadas.
Otro de un rendimiento tremendo es
Jesús Molina. Su presentación en esta Liguilla ha sido tan brillante que es
perturbador pensar que pudiera salir del equipo. Adelante, aunque sin ser demasiado claro,
Quick Mendoza ha contribuido a una ofensiva que se veía aún más raquítica que
antes con las lesiones de Sambueza y Díaz. Sin ser el guía, ni mucho menos,
Mendoza ha respondido a la confianza del técnico y anotado en el momento justo.
América, aún cuesta arriba y con
centenas de piedras en el camino, está encaminado al título. A la niebla y la
lejanía solo le resta un andar de 180 minutos en busca de la luz y la gloria.
Será Tigres el rival que los azulcrema tengan que superar si es que quieren
alzar un importantísimo, pero no menos bizarro, título. Y aunque el rival es el
que más sólido se mostró en todas sus apariciones, después de lo que América ha
vivido y superado, el choque no luce tan complicado y, hoy más que nunca, la
ilusión por otra vuelta es gigante. Tan gigante como América.
Las águilas tienen hoy una cita con la historia, con su propia historia. En el llamado Coloso de Santa Ursula, la estrella 12 espera. Los malos vientos deben ser desplazados por el batir del águila, que victoriosa se colocará en la cima del fútbol mexicano. Que así sea.
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