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No one can beat Sambueza |
Él corre. Él lucha. Baja y sube. Sube
y baja. No hay otro jugador en la oncena azulcrema que corra y sude la camiseta
tanto como él. Mucho menos hay otro que agarre una pelota que quema y sea capaz
de esquivar a uno, dos, tres y hasta cuatro. Ningún otro recibe tantas faltas.
Rubens es su nombre, Sambueza su apellido; con el dorsal 14 y, ocasionalmente la
cinta de capitán en el brazo, es el pegamento de un equipo que aún no luce su
mejor forma y que por grandes lapsos del juego luce desperdigado.
Las Águilas enfrentaron el sábado
su segundo clásico del torneo con la obligación total de salir con la victoria
después de la tormenta que dejaron las goleadas en Costa Rica y Veracruz. Del
equipo que se arrastró en esas latitudes aún se pudieron ver rasgos, pero
amparados en una palpable unión, renovada actitud y mayor orden en el campo,
los de amarillo salieron airosos del compromiso, aprovechando así la paternidad
y el escalón de costumbre que es el rival azul.
América superó su primera prueba
con poco; aunque justo valor hay que darle a la forma en cómo se encaró el
juego y la actitud mostrada, pero al equipo aún le falta y mucho. La defensa
sigue con descoordinaciones y, aunque Guerrero en el medio dio una de sus mejores
versiones, el mediocampo todavía no encuentra la consistencia requerida para
soportar las intenciones ofensivas del esquema. Matosas alineó prácticamente lo
mejor disponible, ordenó sus piezas en el campo con lógica y cuando se vio en
aprietos corrigió sin temor a la opinión pública. En pocas palabras: Gustavo
ejerció, fue más DT que en otros encuentros. En la cancha, todos le debemos la victoria al
14 del equipo; pues este, generalmente sin ayuda, cargó al equipo durante 90
minutos y corrió con él en sus hombros por todo el campo. Jugó e hizo jugar, y
al final, Peralta anticipó un pase milimétrico del 14 que convirtió en algo más
que un gol: Una victoria, aire, confianza y un tanque anímico para el GRAN RETO
americanista de este semestre: dar vuelta al marcador de CONCACHAMPIONS y
evitar el fracaso.
Hoy día Sambueza en América es
prácticamente todo. Lo que consigamos será en gran parte por lo que él haga o
deje de hacer; está en los demás transitar junto a él o seguir orbitando
perdidos en la intrascendencia.
El miércoles América puede volver
por completo. Amparados en un mejor fútbol, con la fuerza de su estadio y la
mística que ningún otro tiene, América tiene que volver. Y si vuelve, cuidado.
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Hasta esto hizo bien |
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