Este partido
América ya lo había jugado. Ya lo había jugado y lo había perdido. Fue a Torreón en la vuelta de los cuartos
pasados, se plantó igual y se volvió a casa con más pena que gloria. ¿Cambio
algo de aquella vez con respecto al sábado pasado contra León?
Sí y no.
Sí porque América
desdobló con mucha más velocidad cuando se recuperó el balón y para defendernos
tuvimos nuevos actores: Goltz, Guerrero y Martínez. El primero de inicio
titubeante (normal para su primer partido) pero ilusionante conforme fueron
avanzando los minutos. El segundo, Guerrero, de un primer tiempo para
rescindirle el contrato y que, como todos sus compañeros, mejoró notablemente
con el ingreso de Molina y el doble cinco en medio. Y el último, Martínez, que
es quizá el único jugador en el mundo que a pesar de marcar los dos goles de la
victoria de su equipo no fue, ni cerca, el mejor. Martínez podría ayudar mucho
más si supiera jugar al fútbol. Sí fuera lógico y natural. Si, como en el
primer gol, inicia y acompaña la jugada. Pero siempre será Osvaldito. Siete vidas
tiene un gato y nunca pasa de corretear ratones.
Y no, porque el
trámite, por grandes lapsos, volvió a ser el mismo. Porque León intentó, aunque
con debilidad, penetrar la defensa y lo logró siempre en la primera mitad. No
cambio nada porque Muñoz nos volvió a salvar. Porque con esa alineación la
línea de cinco retrasa más de lo que ayuda al progreso del equipo. Porque el
balón siempre estuvo más cerca del arco de Muñoz que del contrario. Porque en la
mitad no se recuperaba un balón ni por error hasta que ingresó Molina y el
equipo creció. Fueron escasos 5 minutos en los cuales el equipo modificó su
parado táctico: 4 atrás, improvisando a Pablo Aguilar como lateral por
izquierda. América controló el esférico en campo contrario y creó más juego que
en todos los minutos previos. El problema fue, claro, que cuando se tuvo que
defender por izquierda no se hizo con eficacia y en el banco rápidamente se
corrigió marchando de vuelta a los 5 en el fondo.
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Con la ilusión de volver a ser campeones |
Cosas claras dejó
este partido: Se estará mucho más cerca de conseguir buenos resultados haciendo
fuerte el medio campo y teniendo coherencia a la hora de formar la defensa. Que
Sambueza es, indiscutiblemente, el diferente del equipo y que Peralta, con el
compromiso, la jerarquía y lo digno que se mostró el sábado, puede ser más
importante que los restantes delanteros juntos.
Una victoria
importantísima que tenía que conseguirse sí o sí para dar confianza y
tranquilidad al grupo, además de solidificar la posición del DT. Con la
capacidad en el banquillo y los jugadores que se tienen la mejora se tiene que
ir dando poco a poco. Hasta ahora fueron tres puntos, esperanza y de paso, una
palmadita para los del bajío con delirios de grandeza.
Viene Tijuana en el Azteca; a volver a hacerse
fuertes de local con la exigencia de que este equipo debe progresar.
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