América volvió de local y arrancó.
Le tomó cuarenta y cinco minutos a Mohamed darse cuenta de lo que ya era
evidente: este equipo no puede jugar con cinco defensores y un mediocampista
solitario para recuperar el balón. No puede, y no por alguna cuestión de “deber”
o de “filosofía”; porque de poder sí que puede. Hablamos del impedimento en
cuanto a la funcionabilidad de jugadores para puestos específicos. Guerrero es
un auténtico peligro jugando sólo en mediocampo, dos partidos después ha
quedado más que claro. La lateral izquierda cubierta por Mares lo hizo mal pero
tampoco es que Layún lo pueda hacer mucho mejor. Por simple lógica matemática, es más
fácil coordinar dos que coordinar tres, y esto se ejemplifica con la línea de
centrales, que juntos se vieron fatal, pero con la remoción de Valenzuela (el
peor, lejos, de todo el plantel) el aparato defensivo
tuvo una mejora sustancial entregándonos el par de defensores (Pablo
Aguilar y Paolo Goltz) grata segunda mitad.
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Poco a poco y con los resultados a favor. |
Mohamed sabe su profesión, no en
vano ha salido campeón en países distintos y de torneos tan dispares: corrigió
sobre la marcha y como pudo este desbalance de la primera mitad y para la
segunda parte entregó un equipo aguerrido, ligero y con mucha más idea de qué
hacer con el balón.
Gratísimo resultó
mirar la salida limpia y por abajo del equipo siempre en la segunda mitad, a un
Sambueza que cada que la tuvo tomó la mejores decisiones, la buena creación de un ataque por los costados que desafortunadamente no encontró la mejor de las resoluciones por parte de
los rematadores. América fue mejor que Xolos y el cuadro de Farías
no quiso saber más del partido, se replegó (más que en el inicio) y se le terminaron las piernas
de corretear azulcremas por la banda y siempre contra su arco. América y su DT
lo buscaron, lo pelearon, primero lo empataron y al final lo ganaron con fútbol
y coraje, cosas esenciales que comienza a mostrar este equipo y que de hacerlo
con regularidad los acercará a la temporada que todo aficionado sueña.
No terminamos sin
dejar de reconocer nuevamente la importante labor de Peralta para la creación
de juego del equipo. Un individuo que siempre retuvo y descargó correctamente
en la mayoría de sus apariciones y que fue de suma importancia para el volumen de juego
americanista, jugando por dos en el primer tiempo, pues Rey deambuló por el
campo. Por otro lado, Jiménez, hoy por hoy el único delantero con capacidad
goleadora regular, aportó y pesó desde su entrada. Su hipotética marcha a
Europa tendrá preocupado al Turco, que en Rey no encuentra al compañero ideal
de Peralta y que podría depositar su confianza en un juvenil y hambriento
Zuñiga, que comienza a levantar la mano con goles en la sub 20.
Por lo pronto,
como dice el himno punk rocker veloz, alegre y ágil: Hey ho let’s go! Arrancó América.
Con una segunda mitad con parado simple y natural como los tres acordes ramonescos.
Seguramente vendrán juegos diferentes y resultados diferentes, aun es temprano en el torneo para ganar todos, pero la evolución y el mejoramiento del funcionamiento del equipo tiene que continuar.
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